JARDÍN COSTA BRAVA

Debíamos lograr una distribución clara y segura de los accesos y contener las tierras adaptándonos a la normativa municipal

La parcela se dividió en plataformas que nos permitieron utilizar una amplia área para la piscina frente al salón, manteniendo las grandes vistas sobre el mar. Creamos un mirador que rompe el límite del jardín, proyectándose sobre el paisaje circundante.

En los taludes más pronunciados se utilizaron técnicas de ingeniería del paisaje, como geomallas preparadas para retener sustrato y permitir el establecimiento de vegetación. Se segregaron las circulaciones de coches y peatonal y se implantó una vegetación variada y adaptada al medio, que ofrece interés visual durante todo el año, proporciona intimidad y desdibuja los límites del jardín.